Centro Cultural Recoleta – 2005

En esta ocasión incorporamos a la arquitectura considerada en su categoría de arte, calidad que invistiera desde el Clasicismo hasta la Modernidad, y que fuera cayendo

en un paulatino olvido durante las ultimas décadas.  Es que la fuerte valoración funcionalista impuesta por el Movimiento Moderno degeneró muchas veces en una práctica pedestre que hizo que buena parte de la masa construida fuese apenas eso –meras construcciones-, mientras que el valor agregado de la trascendencia estética quedó reservado para un puñado de obras.  Pues bien, es en tan exclusivo campo donde cabe ubicar al conjunto Design Suites, proyectado por el arquitecto José Orol (1952) y con diseño de interiores a cargo de la arquitecta Silvia Barbosa (1957).

El primer acierto de la obra es su inteligente implantación en un terreno arbolado de pronunciada pendiente, que saca un inmejorable partido del bellísimo panorama del lago Nahuel Huapi.  Pero su mérito más notable lo constituye la rigurosa síntesis lograda entre las diversas áreas del diseño –arquitectónico, paisajístico, de interiores-, que la convierten en uno de los ejemplos contemporáneos más valiosos del país y, sin duda alguna, en una de las primeras en su género.  El espacio del lobby-estar-bar-restaurante, abierto a uno de los horizontes más espléndidos que puedan darse, fusiona con maestría los conceptos antagónicos de unidad y fragmentación, y un nivel más abajo el lugar reservado a la piscina conecta el interior y el exterior mediante una incorporación del paisaje de calidad casi onírica.  Las habitaciones y suites se distribuyen en tres pabellones separados del edificio central y entre si, conectados por un pintoresco sendero ascendente.

Cabe señalar, además, que los autores han sabido dotar al conjunto de una fuerte carga expresiva ligada a las tradiciones constructivas y a los materiales de la región, sin que ello suponga alusiones de burdo folklorismo ni desmedro alguno de su imagen definidamente contemporánea.

De este modo, la sabia utilización de la piedra y de una rica gama de maderas agrega una dosis de pertenencia y de emoción local que resultan raras en la nueva arquitectura argentina, a más de reinterpretar con lenguaje actual las lecciones magistrales de grandes arquitectos actuantes en Bariloche, como Alejandro Bustillo (1889-1982) y Ernesto de Estrada (1909-1998).

Alberto Petrina

El arquitecto Alberto Petrina nace en 1945 en Buenos Aires, Argentina.  Se gradúa en la FADU-UBA, casa de altos estudios en la que actúa como Profesor Titular de la Cátedra de Arquitectura Argentina y como miembro del Consejo Directivo.

Fue Director del Museo de Arte Hispanoamericano “Isaac Fernández Blanco” (1992-1996); Director de Museos, Monumentos y Sitios Históricos de la Provincia de Buenos Aires (2000-2002) y Director de Asuntos Culturales de la Cancillería (2002-2003).

Actualmente se desempeña como Curador de Arquitectura y Arte Americanos del Centro Cultural Recoleta y como miembro de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos.